Islandia: la naturaleza no perdona.

Cuando estudiamos un idioma nos molesta tener que aprender los "dichos" que en castellano llamamos refranes, en euskera esaera zahar y en inglés idioms.
Hace bien poco una amiga que ha estado en Sevilla esta Semana Santa nos contaba uno de estos refranes:" Dios perdona siempre, las personas a veces, la Naturaleza nunca".
Lo he recordado, no porque la erupción del volcán islandés sea ninguna venganza de nuestro planeta, que no lo es, si no por cómo reaccionamos los humanos acostumbrados a domeñarla: ¿Cómo se atreve?
Alguien estos días hablando del tema me decía con absoluto convencimiento: " Pero esto no puede seguir así. Si a este volcán le da por seguir eruptando algo tendrán que hacer las compañías aéreas". Como si la peor de las consecuencias de una catástrofe natural fuera eso, que la gente no pueda ir de vacaciones o alguna reunión de trabajo y en el caso más humano a reunirse con su familia después de mucho tiempo.
El desarrollo tecnológico nos ha hecho creer que podemos controlarlo todo. Como dioses. Nuestra tecnología nos permite, es cierto, vivir muy cómodamente: agua caliente, calefacción, comida de todos los lugares del mundo, medicamentos baratos..
Eso sin hablar de la capacidad de seleccionar un embrión humano para que nazca un bebé con un objetivo: donar un órgano o tejido a un hermano enfermo. O clonar un mamífero.
Pero somos limitados y toda esta tecnología nos ha hecho perder algunas de nuestras habilidades innatas. ¿Quién distingue una planta venenosa de otra comestible? ¿Quién percibe que un volcán está a punto de entrar en erupción o que pronto va a producirse un terremoto? .Estos son los frutos de una planta venenosa conocida vulgarmente como bonetero. En latín euonymus. Estos atractivos frutos son venenosos.En cambio estos otros, que a primera vista parecen peligrosos son comestibles.
Los alemanes preparan ricas mermeladas y bebidas con ellos.
La Naturaleza está ahí y sigue sus leyes. Mejor será conocerlas.

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